30 marzo 2008

SPAIN IS DIFFERENT

Es evidente que la España de hoy en día no es ya aquél redil de patrios españolitos herederos del landismo, que paseaban con orgullo por el mundo la bandera del Spain is different. Con aquél lema, la generación de nuestros abuelos y padres intentaba compensar el retraso social y cultural que nuestro país sufría respecto del resto de Europa por el aislamiento que la dictadura nos causó, pero de una manera un tanto orgullosa y "sin complejos", muy propia del patrioterismo español.

España era un país de paletos, mal que nos pese, y en aquellos años encontramos en las películas de Alfredo Landa, y el mencionado lema, la manera de sacar pecho frente al resto del mundo, que nos miraba por encima del hombro con condescendencia por lo primario de nuestra sociedad de aquellos momentos. No seré yo quien vaya a juzgarlo, probablemente fue una fórmula lógica al complejo que durante tantos años los españoles fuimos incubando viendo pasar al resto del países a velocidad de vértigo delante nuestro, quedándonos cada vez más atrás, como un país de pueblos, jamones y paellas que no era tomado en serio en ningún lugar de este mundo. Quizás, ante la imposibilidad de en aquél momento servirnos de algún valor más honorable, ya que probablemente no lo teníamos, la única arma posible era hacer acopio de orgullo de hasta nuestros retrasos culturales.

Veamos. Evidentemente España no es la España franquista ni de lejos. Su sociedad posee más medios, culturalmente somos una referencia a nivel mundial, la modernización del país es mas que evidente, tenemos infinidad de valores de los que presumir, etc... pero creo que la esencia de aquél españolito que sacaba pecho de sus complejos, sigue aún de manera generalizada dentro de la mayoría de nosotros.

Siempre comento la vergüenza patria que siento (y que conste que me considero una persona patriota) cuando viajo al extranjero y me cruzo con grupos de españoles. Los ejemplos a contar son innumerables; probad a pasear por cualquier capital centroeuropea, caracterizadas por reinar el orden, el civismo y la tranquilidad y comprobad quienes suelen ser casi siempre los que rompen esta armonía con sus gritos, aspavientos y sus "aquí estoy yo que vengo de España miradme todos como somos los españoles" (si exceptuamos a los italianos, claro). Comprobad las reacciones de nuestros compatriotas cuando algún educado ciudadano del mundo osa reprenderle por algúna muestra de comportamiento incívico: sacará pecho, sonreirá con ironía, levantará la barbilla orgullosamente para decir aquello de "...en España es que somos así!". Spain is different de vuelta.

Toda esta reflexión viene a cuento de algo que me pasó en semana santa.

Aprovechando el jueves santo salimos al centro de Madrid a ver un par de exposiciones por la zona del paseo del Prado. Para los que no sean de aquí, es el paseo donde se encuentran el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza, el Jardín Botánico y ahora el Caixa Forum entre otras cosas. Es probablemente la calle con más concentración de turismo de Madrid (las calles principales están hasta indicadas en japonés) y es, por consiguiente, la calle donde más tiendas y puestos de souvenirs patrios se venden.

¿Quieren ustedes saber cuál era el souvenir estrella que se ofrecía en todos los puestos y tiendas? ¿Quieren adivinar de todos los tópicos culturales de nuestro país cuál era el último en aparecer y ofrecerse con más orgullo y sorna, incluso por encima de los Quijotes, Sanchos, flamencas y toritos? Pues miren la foto de abajo y salgan de dudas:


Por eso, vuelvo a plantear la cuestión: ¿El españolito del siglo XXI difiere en esencia mucho del españolito del siglo pasado y su Spain is different haciendo bandera de su paletismo?

Yo sospecho que no.