Y a partir de aquí comienza el milagro.
Resulta que cuando le dieron papel y lápiz para que tratara de expresarse lo único que supo hacer el tipo,de nuevo con todos mis respetos, fue dibujar un piano. Y bien, cuando le pusieron delante de un verdadero piano algo inaudito, por no decir maravilloso, ocurrió: durante 4 horas estuvo tocando a Tchaikovski sin parangón. Y debió hacerlo gloriosamente, ya que durante todo ese tiempo nadie tuvo la voluntad (y seguramente mal gusto) de tratar de hacerle parar. Imagino la generalizada escena de de embelesamiento, sorpresa y anodadamiento por el inaudito y mágico instante que se acababa de producir.
Hasta aquí un genuino y extraordinario suceso digno de la mejor película, de la mejor novela, del mejor poema, de la mejor leyenda...cábalas y más cábalas acerca de su orígen, pasado e historia pueden ser y serán creadas como intento de recrear su sino y pasado: una bella metáfora de un hombre que que no entiende el lenguaje de las falaces y artificiosas palabras, sino de sentimientos; un genio superado por la locura de tratar hacer perfecta una melodía; un desamor que acaba en el trágico olvido y en unas manos que tocan la eterna melodía compuesta para ella, ...
A veces la vida nos sorprende imitando al arte...
Mientras, la policía investiga entre las distitnas orquestas europeas para poderle dar un nombre y una historia.
Yo desde luego me quedaré con la mía...
